Si dentro del terreno de juego se jugó con determinación, el apoyo en las tribunas fue igual de entregado, los aficionados del Guadalajara que asistieron en buen número al Estadio Omnilife, no pararon durante los 90 minutos de alentar a los jóvenes rojiblancos que buscaron la victoria en el duelo de Ida de la Final del Apertura 2010, entre Chivas y Zorros en la categoría Sub 17.
No es la guerra, pero si un partido muy especial para todos los habitantes que gustan del futbol en la ciudad de Guadalajara que si bien se quedaron con las ganas de tener Liguilla en el Máximo Circuito del Torneo Apertura 2010, respondieron con creces al llamado rojiblanco para formar un respetable marco en el Estadio Omnilife.
Por eso no importa que se tratara de una Final del Torneo Apertura Sub 17, donde los jugadores juveniles de Chivas y Atlas llegaron con todos los merecimientos para disputar el Campeonato, pero el duelo a final de cuentas es un Clásico Tapatío, y son precisamente los jugadores que nacieron desde la cuna de ambos conjuntos para escenificar la única guerra civil capaz de dividir a una ciudad entera.
Por eso las largas filas de seguidores que sin ningún tapujo confundían sus playeras unos con otros, sin importar si eran rojiblancas o rojinegras, lo más importante era estar presente y formar parte viva del deporte que más gusta a chicos y grandes en el duelo de y para Jalisco por excelencia.
Como dueños de la casa, toda la familia rojiblanca estaba presente. A la distancia y gracias a la Tecnología desde su sede de concentración de pretemporada en Manzanillo, Colima enviaron toda la buena vibra del hermano mayor. También los integrantes de los diversos equipos rojiblancos, desde Segunda División, Sub 20, Tercera División, categorías menores, La Gigantera, los futbolistas más pequeños de la Escuela de Futbol metidos desde el silbatazo inicial del silbante, las jugadoras de Chivas Femenil, y hasta los elementos que juegan en otro equipo, pero que pertenecen a la institución rojiblanca estaban en la tribuna del Omnilife para hacerse uno solo en apoyo a la causa del Rebaño Sub 17.
El encuentro comenzó con dominio rojiblanco y la afición del Rebaño se ilusionaba con que Chivas se hiciera presente en el marcador por lo mostrado en el terreno de juego, pero el fue el conjunto del Atlas el que aprovechó un descuido en la defensiva rojiblanca para ponerse al frente en los cartones por conducto de Antonio Briseño, quien en un tiro de esquina remató de cabeza para inaugura el marcador.
El público asistente al Estado Omnilife vio con sorpresa que los rojinegros aprovecharon el momento del partido para anotar el segundo gol por conducto de Alejandro Leyva. Los gritos de apoyo para el juvenil Rebaño no cesaron, impulsándolos a ir en busca de la anotación que los acercara en el marcador.
La tan ansiada anotación llegó hasta la segunda mitad, por conducto de Giovani Hernández que llegó por el centro del área atlista y con un certero remate de cabeza, puso el balón pegado a la base del poste izquierdo del arquero Gurrola para encender el ánimo en las tribunas del Estadio Omnilife, que aumentaron la intensidad y la frecuencia de los gritos de la afición rojiblanca.
El clásico grito de ¡Chivas! ¡Chivas! se hizo presente en el Estadio Omnilife, impulsando a los jóvenes guerreros rojiblancos a buscar el gol de la igualada, pero cuando mejor jugaba el Rebaño Sub 17, Atlas dio otro certero golpe al ánimo de la afición del Guadalajara, pues Alejandro Leyva aumentó la ventaja para el conjunto visitante 1-3.
Pero los herederos de una gran historia como la del Guadalajara, no decayeron, y con entusiasmo y vergüenza siguieron buscando la anotación que los acercara en el marcador, sentimiento que se trasmitió a la tribuna que respondió con sus gritos de apoyo en cada jugada que el Rebaño tomó la pelota para ir al frente, pero que no conseguían concretar a pesar de su esfuerzo.
Pero el premio a su insistencia llegaría en los minutos finales del encuentro, cuando el goleador rojiblanco Erick Torres, sacudió las redes del marco atlista con un potente cabezazo, que volvió a encender a la afición rojiblanca y el ánimo en la cancha y se lanzaron con todo lo que les quedaba en busca del gol que les diera el empate. Finalmente la anotación no llegó, pero los aficionados no se movieron de su lugar hasta que el árbitro dio el silbatazo final, pues la entrega y coraje que mostraron los jugadores del Rebaño fue digno de un reconocimiento que los seguidores de Chivas les brindaron.
