El equipo tricolor Sub 17 demostró mucho corazón, deseo, hambre, capacidad, mentalidad, resistencia y futbol para vencer a uno de los equipos que más poderío había demostrado a lo largo del Campeonato Mundial Sub 17 de la FIFA México 2011, su similar de Alemania al son de 3-2 en la cancha del Estadio Torreón y con todo merecimiento se instaló en la Gran Final a disputarse el próximo domingo 10 de julio en la cancha del Estadio Azteca a partir de las 18:00 horas frente a la garra charrúa de Uruguay.
La continuación del sueño de campeonato de los nuevos niños héroes aztecas comenzó temprano en el encuentro cuando Julio Gómez se levantó en todo lo alto para rematar un centro preciso al corazón del área al 3’ de acción y comenzar así a hacer brotar las ilusiones de una nación que poco a poco ha demostrado estar a muerte con su equipo.
En ese ideal inicio estaba sobre el terreno de juego, el playera número nueve, Carlos Fierro, jugador del Rebaño que a lo largo de toda la competencia ha hecho gala de decisión, esfuerzo, contundencia y creencia plena en el camino que ha de seguir junto a su escuadra: el del campeonato.
Al lado del atacante rojiblanco mención de honor para el espíritu y temple de Julio Gómez quien superó al del férreo equipo alemán, ni el dolor, ni la sangre pudo sacarlo de la batalla y regresó con todo y vendaje para comandar la épica remontada mexicana, que después de alcanzar en un trepidante 2-2 al equipo teutón y con uno de esos goles para formar antología con un remate de chilena hizo vibrar a México entero con el 3-2 final.
Para fortalecer el esfuerzo azteca, dos jóvenes futbolistas más del Rebaño estaban dentro del terreno de juego, el talentoso Giovani Casillas y la fortaleza y tesón de José Pablo Tostado para hacer un aporte importante por parte del Guadalajara.
Al momento del silbatazo final del árbitro, el histórico momento había escrito una de las páginas más importantes del futbol mexicano, la alegría y las lágrimas de los niños mexicanos que los hacen hombres, las sonrisas desbordadas, el salto monumental de Giovani Casillas para correr al encuentro con sus compañeros.
Los puños en alto que liberaban el rostro adusto de José Pablo Tostado, la figura bañada en sudor de Carlos Fierro quien vive día por dos sueños, dos corazones e ilusiones las propias y las de Gustavo, su hermano, Luis Alfonso Solorio, el que nunca se rindió y ha respondido cuando ha sido requerido. Triunfo logrado a sangre y fuego que pone al conjunto mexicano cerca no de repetir lo del 2 de octubre del 2005, sino de escribir porque no con letras de oro, lo que pasará el próximo domingo 10 de julio del 2011 en la cancha del Estadio Azteca.






