México, D.F.- Sería un sábado diferente para el Coloso de Santa Úrsula en la capital del país, es su interior se llevaban los últimos preparativos para recibir la Final del Torneo de Fuerzas Básicas entre Chivas y Pachuca, los ensayos finales del protocolo de entrada a la cancha de los equipos, y la ceremonia de premiación tomaba forma con los últimos detalles.
Poco a poco las desoladas tribunas del Estadio Azteca se fueron poblando de aficionados que llegaron temprano para ver los últimos detalles, los seguidores de los Tuzos a esa temprana hora de la mañana eran mayoría y gritaban porras a su equipo, que en esos momento se encontraba en el césped del Coloso de Santa Úrsula reconociendo el terreno de juego.
Los jugadores rojiblancos hacían lo propio, pero se veía su semblante mostraba la seriedad del compromiso que estaban a unos minutos de enfrentar, pero con la alegría que da los nervios y la adrenalina antes de un partido tan importante para sus incipientes carreras, el haber cumplido el sueño de jugar en el Estadio Azteca estaba cumplido, faltaba, el otro, el más importante, levantar el trofeo de campeón.
La entrada a la cancha del imponente Estadio Azteca de los tapatíos fue acompañada de aplausos, gritos y cantos, que motivaron a los juveniles elemento del Rebaño a remembrar las glorias del Campeonísimo, que recientemente perdió a uno de sus estandartes como lo fue Chava Reyes, y que sin duda desde el cielo inspiró a los jugadores a lograr el título.
Durante el encuentro el grito de ¡Chivas! ¡Chivas! resonó en repetidas ocasiones en las tribunas del estadio transmitiendo el deseo de poder levantar una Copa de Campeón en el Estadio Azteca. Con el gol de Kevin Magaña a dos minutos de concluir el encuentro fue el detonante para que la afición se fundiera en uno sólo con los jóvenes guerreros que estaban cerca de alcanzar su objetivo.
El silbatazo final del árbitro dio rienda suelta a las emociones contenidas por los jugadores, Cuerpo Técnico y aficionados del Rebaño, que festejaron estruendosamente la conquista del título ante un rival que en la edición anterior les impidió alcanzar la victoria, ahora, la gloria es de ustedes jóvenes rojiblancos, que son el futuro, y que ofrecen la esperanza de que el Corazón de México seguirá latiendo y creciendo.
