A Jimena y Mauricio los une la adversidad desde hace mucho tiempo. Aunque separados por kilómetros de distancia, Jimena a sus 18 años y Mauricio a los diez pueden presumir de ser unos guerreros incansables de la vida.
Desde hace cinco años Jimena lucha día con día contra la leucemia, a la que ha hecho frente con todo el noble sentimiento de una jovencita en cuyos ojos existe incesante el deseo de vivir, a pesar de que el diagnostico médico le indica que la llama de la vida corre el riesgo de apagarse. El amor de su familia y su incondicional fervor por el Guadalajara han logrado que Jimena sea la viva imagen de la esperanza en cada aliento de su existencia.
El deseo más ferviente de la nacida en el Estado de México era conocer a los futbolistas del Rebaño, mismo que le fue concedido y este domingo es la invitada de honor de toda la plantilla rojiblanca que le dedicó el encuentro frente a Cruz Azul.
“Estoy muy emocionada, ya conozco a todos los jugadores de Chivas y quiero que le ganen al Cruz Azul”, sentencia Jimena, mientras su sonrisa se levanta para hacer brillar unos expresivos ojos negros que le declararon la batalla por la vida a la leucemia desde hace cinco años y Jimena, la guerrera incansable no está dispuesta a perder el partido más importante para ella el de la vida.
Mauricio es todo un luchador y con tan sólo diez años ya ha forjado un carácter a prueba del dolor, las caídas y al igual que Jimena la sonrisa lo acompaña hasta en los momentos más difíciles y tiene en Rafael Márquez Lugo el goleador del Rebaño para quien Mau tuvo un obsequio especial, la playera rojiblanca con el número tres, mismo digito que porta el niño guanajuatense en los dorsales en su equipo y por si fuera poco¸ con su firma estampada y respectiva dedicatoria para el número siete del Rebaño.
Erradicado un tumor en la cabeza que ponía en riesgo su vida, Mauricio mantiene pose seria y segura mientras prepara la playera que le regaló a Rafael Márquez Lugo y no deja de pensar en las palabras más adecuadas para agradecer al delantero rojiblanco la invitación para el cotejo ante Cruz Azul.
El encuentro entre Jimena y Mauricio resulta sincero, estrechan las manos y se toman al hombro en señal de mutuo respeto, pues para sus adentros saben que ambos son valientes y guerreros con bastantes cosas en común, cada uno ha luchado por la vida y los dos aman de manera ferviente a los colores rojo y blanco del Rebaño.