Desde la llegada a la sede del Deportivo Morelos se siente el ambiente de fiesta futbolera que genera el torneo Nacional de Escuelas, por los pasillos que llevan a las diferentes canchas los jugadores y sus familiares avanzan con rapidez en busca de sus lugares para dar inicio a luna larga e importante jornada, pues en este tercer día de competencia se definen los equipos que calificarán a la siguiente fase y quienes regresan a casa.
En las canchas los equipos se alistan para comenzar esta importante batalla en la que está en juego su permanencia en el certamen, mientras alrededor del terreno de juego se escuchan los sonidos de tambores, matracas, cornetas, gritos y porras con la que los familiares impulsan a los pequeños a entregar todo en el campo.
La expectación durante los partidos fue tal, que en algunos momentos reinó un silencio tenso, todos miraban con atención el balón conteniendo los gritos, pero luego de esos breves segundos, las porras de los equipos volvían a la carga con su explosión de energía y motivación para apoyar a su equipo a su equipo.
De un lado los gritos y los tambores, del otro las matracas, las cornetas y los altavoces, pero ninguno se quería quedar atrás, pues apenas terminaba uno de los grupos de animación, el otro comenzaba con su apoyo. Algo que hay que resaltar fue el deportivismo que estuvo presente durante los partidos, ya que entre rivales siempre hubo respeto y colaboración en todo momento.
El movimiento fue intenso en el Deportivo Morelos, mientras unos equipos se jugaban la vida dentro de la cancha, otros se preparaban para estar listos en el momento que les tocara jugar, así que se veían por doquier playeras rojiblancas, tanto dentro de la cancha como alrededor y en los pasillos de acceso.
Al final de los partidos se reflejaba en los rostros de los pequeños la emoción de ese momento, si ganaron, la alegría y las sonrisas se hicieron presentes, caras largas y de tristeza si el resultado ni fue el que necesitaban para continuar adelante en la competencia, pero fue agradable ver que en las Escuelas de Futbol Chivas les inculcan a sus integrantes valores como la humildad, por que los ganadores, siempre dieron la mano a su rivales y en ocasiones los consolaron por no haber logrado su objetivo.
Mientras abandonaban la sede, por los pasillos se escucharon las voces de los protagonistas con sus padres sobre las posibilidades que tendrían para calificar, situación que conocerán oficialmente más tarde, cuando terminen todos los partidos de esta definitiva jornada con la que concluye la fase de grupos.