Nadie lo sacó de su concentración ni por un segundo, ni el bullicio de sus compañeros encargados de portar la bandera azul de la Liga MX ni siquiera los jugadores de ambos conjuntos, Chivas y Puebla, quienes pasaron a escasos centímetros de él para efectuar el debido calentamiento previo al encuentro correspondiente a la Jornada Seis del Torneo Apertura 2013, en el que Ismael fue el niño Embajador encargado de entregar el esférico a los protagonistas del encuentro para hacerlo rodar.
De esta semana, el joven que ingresará a primero de secundaria mostraba el rostro de una pieza e incluso optó por alejarse un poco del cuadro al momento de posar con todos sus compañeros junto a la Chiva Loca, la mascota de su admirado Rebaño.
El esperado momento de Ismael había llegado, ascendió confirmeza las escalinatas que dirigen a la cancha del Estadio Omnilife y con la voz llena de inocencia y determinación exclamó el “Juega Limpio, siente tu Liga”, minutos después de bajar las escaleras la típica sonrisa infantil de Ismael regresó al rostro de un niño que sabe muy bien librar batallas, pues ha mantenido su disputa particular durante tres años frente a la leucemia y ha salido avante y tal como lo sentencia a través de su enorme sonrisa, ¿dejarme vencer? Jamás.
“Es muy chido estar en la cancha con los jugadores, quiero que ganen porque son mis favoritos “ expresa con simpleza Ismael, al tiempo de que es felicitado por todos sus compañeros por el buen desempeño como embajador de la Liga MX en el encuentro ante Puebla. Después de acabar con su momento de solemnidad, Ismael juega, agacha la mirada para apreciar un poco del partido que ha tenido el honor de apadrinar para volver a su esencia natural, la del niño que bromea, se asombra, el que ríe simplemente porque nace hacerlo.
El día más especial para Ismael
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