Dentro del marco del cierre de los trabajos de la semana de preparación previa a enfrentar a los Diablos del Toluca, en actividad de la Jornada Ocho del Apertura 2013, el domingo en la cancha del Estadio Omnilife, la mañana de este sábado el Rebaño recibió en sus instalaciones de Verde Valle un par de visitas muy especiales, que le dieron a la práctica un matiz distinto.
Primero, desde la localidad de Valle de Juárez, Jalisco, al sur del Estado y el famosa Sierra del Tigre, colindante con Mazamitla, el Sr Adán Contreras, de 78 años, Chiva de Corazón y con Diabetes en etapa terminal, cumplió uno de los sueños que tenía pendientes desde hacía mucho tiempo, poder estar de cerca con su Rebaño Sagrado y conocer y saludar a los ídolos rojiblancos.
"Pero. ¿sí le va a Chivas Don Adán?", le lanzó la pregunta de forma pícara un Rafael Márquez Lugo, visiblemente contento de compartir unos minutos con el aficionado rojiblanco, quien en el rostro reflejó claramente la emoción de estar cerca del delantero de Chivas y también de otro de sus íconos, el mediocampista Marco Fabián.
Así, uno a uno, todos los jugadores del Rebaño se dieron unos instantes para saludar de mano a Don Adán, para brindarle ánimos con su padecimiento y de paso dejarle algún obsequio, que como lo hizo el cancerbero Luis Michel, le dejó sus guantes de portero y le insistió que este domingo en la cancha del Omnilife desearía verlo para que los vea en acción.
A la par de Don Adán, un poco más temeroso pero de igual forma emocionado, se unió Rogelio Damas, un joven de 19 años quien, con un cáncer óseo, se dio la oportunidad de olvidarse de su lucha por la vida y tomar la aventura desde su ciudad de residencia, Tijuana, Baja California, sólo para ver cristalizado su sueño de estar con las gloriosas Chivas del Guadalajara.
Su familia le acompañaba y estuvo con el en todo momento, pero sin duda alguna, el más especial de los instantes, se dio cuando Marco Fabián y Rafael Márquez Lugo, le regalaron una camiseta oficial del equipo y una bufanda del Rebaño Sagrado, aditamentos que no esperó ni un instante para lucir de inmediato y posar con los jugadores para inmortalizar ese momento.
Al final del día, las sonrisas fueron el mejor resultado para los visitantes y para el Rebaño, los problemas quedaron atrás y sólo existió la felicidad, esa que renueva almas, que mantiene vidas y que renueva compromisos; que saca adelante metas poco probables de cumplir y desdice la palabra imposible para situarla en un escenario real, el de que con esperanza, todo es posible.