Desde que saltaron al terreno de juego, los rojiblancos tenían la consigna de entregar el alma en el duelo del Clásico Tapatío. Enfrente el rival eterno de la ciudad, Atlas, que sin duda se enciende cuando el rojiblanco está en la portería contraria. La mejor entrada sin duda en lo que va del torneo engalanaba la salida de los 22 futbolistas. El acto de protocolo de la Liga Bancomer MX fue el prólogo adecuado para hacer vibrar a un volcán de emociones en el que se convertía el Estadio Omnilife.
Las acciones arrancaron con las gargantas de la afición a todo pulmón, mientras sobre el terreno de juego dos equipos que se declararon la pelea por el esférico a muerte desde el silbatazo inicial del árbitro central Jorge Antonio Pérez Durán ,y los locales fueron los primeros en avisar a Miguel Pinto, arquero rojinegro que esta tarde, al lado de su equipo tendría que sufrir para salir con vida del templo sagrado rojiblanco.
Aldo De Nigris, fue el primero en coquetear sobre la cabañarojinegra con un remate de cabeza que cimbró el entusiasmo de los aficionados del Rebaño, quienes con su grito de batalla particular de ¡Chivas Chivas! Eran testigos de como su escuadra le exigía respeto inmaculado al rival en su territorio.
La sorpresa para los rojiblancos cayó como un rayo cuando Facundo Erpen superó en el salto al capitán Héctor Reynoso para poner contra las cuerdas al Guadalajara, que pese al gol, jamás bajó los brazos y no se dio por muerto en el Clásico en el que se jugaba más que el orgullo.
Atlas apostó por el contragolpe y por la figura de su arquero Miguel Pinto, quien se encargó de pintar el "no" para Chivas, y en especial para De Nigris, el atacante rojiblanco quien buscó con ahínco presentarse con el pie derecho en el partido que divide a la ciudad de Guadalajara, y para muestra, la marea y el temblor de la afición que se hacía sentir por parte de las más de 34 mil almas que hicieron una auténtica fiesta en la cancha del Estadio Omnilife.
Los visitantes también estuvieron a punto de saborear la gloria, cuando Omar Bravo tuvo en los pies la opción para liquidar el encuentro, pero el destino también se encargó de darle la negativa al mochiteco de extracción rojiblanca, al decirle en silencio: “No Omar, a Chivas no lo condenes, y menos con la playera rojinegra puesta”.
El Rebaño se fue con todo sobre la meta del Atlas, y a cinco minutos del final el futbol le volvió a sonreír a la causa del Guadalajara por conducto de Marco Fabián, quien entregó la vida en su disparo para gritar así un gol de sangre y sudor, brindado a toda la afición rojiblanca y de paso no permitirle al Atlas una afrenta en la cancha del Estadio Omnilife.
En la recta final del partido, el corazón del encuentro estuvo en la afición rojiblanca, quienes con toda la fuerza y motivación hacían que la estructura del Estadio Omnilife sintiera en pleno la efervescencia del Clásico Tapatío que en el silbatazo final dejó en claro que en el Chivas vs Atlas escurre pasión absoluta,dentro y fuera de la cancha.
El Color Chivas vs Atlas
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