Desde antes de que comenzara una nueva edición del Clásico Tapatío, la afición de la Perla de Occidente que acudió al Estadio Omnilife dio una muestra de lo que debe de ser el futbol en México, pues la convivencia entre aficionados del Guadalajara y del Atlas fue un común denominador tanto en los alrededores del inmueble rojiblanco como en las gradas del mismo, ya que muchas familias se dividen por el amor a los colores del Rebaño Sagrado o de los Zorros.
Una postal curiosa, pero que enmarca lo que significa este partido en la capital de Jalisco fue el ver a parejas o incluso varios miembros de grupos o familias con las camisetas de uno y otro equipo, por supuesto portando con orgullo los colores de sus respectivos clubes, pero al final del día la constante discusión sobre cuál de los dos cuadros es mejor les hizo recordar que no importan los lazos familiares o sentimentales, sino el alentar a los 11 elementos de su escuadra favorita.
Entre los más de 34 mil aficionados que acudieron al feudo rojiblanco para presenciar la edición del Clásico Tapatío del presente Apertura 2013, la emoción y alegría por gritar para apoyar a sus respectivos equipos no dejó de sentirse ni un sólo instante, sobre todo en el segundo tiempo, cuando el choque aumentó en intensidad y el Rebaño se fue con todo al frente.
Por ello, el ambiente fue digno de un partido de tal envergadura, pues la afición correspondió al esfuerzo que brindaron los 22 guerreros que saltaron la tarde de este domingo a la cancha del Estadio Omnilife, pues los cánticos de apoyo tanto para el Rebaño como para los Zorros no cesaron ni en cantidad ni en potencia de parte de todos los que los entonaron.
Divididas o no por los colores de uno u otro equipo, familias enteras y parejas disfrutaron de un espectáculo sano tanto dentro como fuera de la cancha, situación que debe de destacarse sobre todo porque es justo así como se debe de disfrutar el futbol en Guadalajara y en todo el resto del país.
