Aunque el calor se comienza a sentir con mayor intensidad en la capital de Jalisco en plena medianía del mes de marzo, los aficionados del Guadalajara no han caducado en absoluto con la actividad que se ha vuelto tradicional en el área de estacionamiento del Estadio Omnilife: el asado, y previo al encuentro entre el Rebaño y los Esmeraldas de León, no ha sido la excepción que el olor de la carne asada, chorizo, chuletas, pollo y hasta hamburguesas, se sientan con mayor fuerza por parte de la afición rojiblanca que disfruta sus domingos pintados de rojo y blanco y con asador y comida a modo.
Pocas son las ocasiones en los que los hombres de la casa tienen la oportunidad de demostrar sus dotes culinarios y que mejor sea previo a un duelo de las Chivas que el género masculino se apropie de todos los elementos necesarios para hacer una carne asada digna de concurso.
Tal es el caso del señor José Luis Hernández, quien incluso arriba al Estadio Omnilife vestido de “civil”, como el mismo lo nombra, para ser el cocinero de cabecera de su familia y por lo mismo efectúa todo un ritual en la preparación de la carne; no por nada se traslada cada 15 días desde su natal Ciudad Guzmán para apoyar al Rebaño sin condición alguna.
Observar a Don José Luis cómo se alista para cocinar es un deleite por si mismo, desde lavarse las manos, preparar el carbón que le proporcionará el fuego, marinar un poco la carne según sea el gusto, es todo un espectáculo. “Hay que hacerlo como a cada uno le gusta, bien cocido, a tres cuartos, existe mucho el tabú de que un hombre o no sabe, no le gusta o simplemente no nació para cocinar, pero al menos yo tengo los domingos en el estadio para demostrar lo contrario”, revela de buena gana el jalisciense al mismo tiempo que su señora esposa le brinda su aprobación con el primer bocado de carne.
Respecto al duelo de este domingo por la tarde en la cancha del Estadio Omnilife contra León el dedicado cocinero explicó: “El rival es importante, juega bien, pero siempre hay que tener confianza en lo que Chivas puede hacer; lo más importante es mantener aspiraciones de Liguilla”, concluye con una confianza que le brota en el pecho a don José Luis quien presuroso se despide, pues tiene que despojarse de su atuendo de civil para colocarse el traje de gala, la inmaculada playera rojiblanca.