Es domingo de Clásico entre Guadalajara y América, y también el día más propicio para demostrar que el futbol en México mantiene uno de sus preceptos más sagrados, el estadio, un balón y 22 futbolistas buscando a toda costa el triunfo será por siempre un espectáculo familiar, abierto a la convocatoria de chicos y grandes sin distinción de sexo, nacionalidad, color de piel, ni mucho menos preferencia en el color de la playera.
Por eso mujeres, niños, adultos mayores y hasta las mascotas se reunieron en torno a la zona de estacionamiento del Estadio Omnilife para preparar también un clásico dentro de la idiosincrasia rojiblanca: el asado, indispensable en los partidos del Rebaño y que precisamente cuando son anfitriones de las Águilas del América tiene un tono intensamente vivo, purificador, y brillante como el sol que se asoma imponente en el amanecer de una primavera que promete triunfos en la Perla Tapatía.
Por eso es necesario poner al fuego la mejor carne, acompañada de la suculenta longaniza, las infaltables cebollitas cambray, la salsa mexicana, el carbón a punto para prender el fuego necesario, y el humo que se despide desde el resguardo de los árboles o la comodidad de los automóviles pone el punto perfecto para las familias en territorio tapatío.
Fotografías por doquier, pues en pocas ocasiones se puede reunir al clan, sea desde los Estados Unidos, Sinaloa o el DF, el Clásico Chivas ante América tiene una petición especial de parte de todos los aficionados que cada 15 días se reúnen para comer y convivir con sus familias: “vamos a demostrar que el futbol se tiene que hacer sin ningún rastro de violencia”, afirma con firmeza en la voz uno de los aficionados enfundado en su playera rojiblanca, “Chivas me ha dado muchas satisfacciones por muchos años y quiero verlos ganar”, dice al mismo tiempo que observa a sus hijos pateando un balón con un deseo que contagia.
También están los que con toda la intención trajeron pollo para cocinar al domingo de Clásico Nacional en la cancha del Estadio Omnilife, al igual acompañados de amigos, familiares y parejas con la playera azulcrema y la declaración sigue en pie. La intención es que el futbol gane, como lo ha hecho siempre, que emocione, vibre y brinde felicidad a todos los asistentes a uno de los deportes más hermosos de todo el mundo.
Delicioso aperitivo el de la carne cuando se disfruta con la familia y entre amigos, sin igual el sabor de cada bocado que hasta la mascota de la casa tiene derecho a probar, el Clásico Nacional lo amerita, la inquebrantable promesa de que en esta ocasión en especial el futbol se erigirá como lo más grande por 90 minutos es lo que más le importa demostrar a la familia rojiblanca en su palacio inmaculado, la cancha del Estadio Omnilife.
