Entraron como uno solo por la calle de Ayamonte con un sentimiento en la sangre y el corazón, apoyar a las Chivas en el arranque de sus presentaciones como local dentro del Torneo Clausura 2015 la que representa una campaña fundamental en la historia del Club Deportivo Guadalajara S.A de C.V. y este domingo para recibir a los Pumas de la UNAM, la nación rojiblanca se congregaba en torno a la campaña “Juntos vs. Todo , impulsada desde el interior de la directiva del Rebaño.
Los cánticos a todo pulmón, los tambores resonando, los torsos desnudos, las banderas rojiblancas ondeando, no importaba llegar hasta el Estadio Omnilife a pie, con huraches, zapatos, los tenis más finos, en camiones, los cofres de las camionetas. Los aficionados al Guadalajara saben lo que significa pelear al lado de su equipo a lo largo de todo el campeonato, por eso no importaron los cuatro estrictos retenes colocados por la Policía Municipal de Zapopan, ni la presencia de elementos de la Policía Montada, ni mucho menos la implementación de cámaras aéreas para vigilar el orden que impidieran el paso de un torbellino en rojo y blanco que simplemente anhelaba re encontrarse con su equipo en el terreno de juego.
Sudor, brazos al aire, tambores con la imagen del mítico equipo del Campeonísimo Guadalajara, las playeras de leyendas como Salvador Reyes, Héctor Hernández, Ramón Ramírez y Jaime “Tubo” Gómez eran de las más vistas, mientras una larga bandera mexicana también se incluía, pues es la esencia que ha vuelto a Chivas un equipo amado por millones de paisanos a lo largo, ancho y fuera del territorio nacional y el corazón y pulmones del equipo dirigido por José Manuel de la Torre es la afición misma que ha prometido una de las entradas más espectaculares en la historia del Estadio Omnilife.
Si en las playeras blancas se leía la leyenda juntos contra todo, algunos aficionados también mostraban otra consigna en sus playeras rojas, “Con nosotros quien quiera, contra nosotros, quien pueda” para demostrar el valor real de una historia que emociona hasta las lágrimas, que ha infundido respeto por muchos años y que en la actualidad se bate contra todos por volver a brillar de nuevo y los Pumas aparecían para ser el primer rival a vencer para el conjunto del Guadalajara en su casa el Estadio Omnilife.
No importaba la clase social, ni color, mucho menos apariencia, tatuados, no tatuados, con cabello, calvos hombres, mujeres, familias completas acudieron al llamado de la caravana rojiblanca y lo hacían con el corazón al descubierto, con la nobleza de la pasión en la piel, y porque no, con lágrimas muestra de un amor que no se extingue porque los aficionados a Chivas, tal como han aprendido a saborear victorias, festejar títulos, jugar a destacado nivel en el plano internacional, también a aprendido a estar ahí en los momentos de más apremio, a cantar en la oscuridad, y lo más importante a tener una fe absoluta en su equipo, sobre todo cuando se está contra todo, y contra todos.
