Un día como hoy, pero de 1996, el Guadalajara logró una de las remontadas más épicas en la historia de los Clásicos Nacionales, ya que en el duelo de la Jornada 26 de la Temporada 1995-96 se levantó de un 2-0 ante su acérrimo rival para ganar por 2-3 en el Coloso de Santa Ursula. Aquel partido fue muy especial no sólo por la voltereta de alarido, sino por múltiples peculiaridades previas y durante el encuentro.
Cuando el Rebaño Sagrado arribó a la #CapitalRojiblanca el día anterior, en un salón de su hotel de concentración había una boda, hecho que sorprendió para bien al entrenador holandés Leo Beenhakker, quien compartió con el plantel el por qué del buen augurio: “joder, ya ganamos, en Europa estos eventos son de buena suerte”, recordó Guillermo ‘More’ Hernández, ex defensa rojiblanco.
Ya en el partido, las Águilas abrieron el marcador con un gol del mediocampista colombiano Harold Lozano, jugada en la que hubo un resbalón de Alberto Coyote. “Yo estaba acostumbrado a usar un tipo de tachones, pero Beenhakker me dijo que los cambiara porque estaría más cómodo; al medio tiempo me puse lo que siempre utilizaba”, rememoró el mismo Coyote.
Un pase retrasado erróneo de Felipe Robles para Manuel Vidrio costó la segunda anotación al 43’; en el medio tiempo, el DT holandés le preguntó a Robles qué había pasado y él le contesto: “Yo se la regresé a un cono (refiriéndose a Vidrio)”, hecho que generó una fuerte discusión y un conato de bronca entre ambos, por lo que sus compañeros tuvieron que interceder para evitar que el incidente pasara a mayores.
Curiosamente, el 18 de febrero es cumpleaños de Guillermo Hernández, autor del 2-1 justo antes del descanso: “Cuando íbamos perdiendo 2-0 me vino a la mente la boda, las palabras de Leo y pensaba ‘estos no van a durar ni un mes de casados’”, explicó el ‘More’ entre sonrisas; “en una falta por el tiro de esquina me agregué al ataque, el primer cobro salió mal, pero el árbitro Pascual Rebolledo repitió la jugada y afortunadamente anoté de cabeza para irnos así al medio tiempo”, añadió.
Al 52’, Gustavo ‘Gusano’ Nápoles puso el del empate y al 73’, en una jugada excelsa de Ramón Ramírez, quien partió desde medio campo y eludió a cuanto rival tuvo enfrente, Ignacio Vázquez se encargó de mandar la bola al fondo de las redes. “Lo intenté, me la jugué y fui al frente. Primero dejé a Raúl Rodrigo Lara, quise tirar de derecha, aunque en ese momento sentí la presencia de alguien (Marco Rossi), sabía que si me inclinaba por eso mi disparo lo hubieran rechazado, porque en ese momento llegué un tanto desequilibrado, por lo que opté por girar y quedé desbalanceado, Adrián Chávez no se venció, tiré un punterazo y lo rechazó, pero ‘Nacho’ lo aprovechó y anotó, refirió Ramón Ramírez.
“Cuando terminó el partido pensé ‘sí le funcionó la cábala a Leo’ y ese matrimonio sí durará’, jajaja (sic) además de que yo estaba feliz por haber ganado el Clásico Nacional justo en mi cumpleaños”, finalizó Guillermo Hernández.
