El Deportivo Saprissa enfrento a un difícil rival en el encuentro de ida de la gran final de la Copa de Campeones de la CONCACAF, en el que los morados obtuvieron un empate a un gol contra los Tuzos del Pachuca, por lo que la moneda sigue en el aire y a falta de 90 minutos a muerte en el Estadio Hidalgo, se determinará el representante de la Concacaf para el Mundial de Clubes del 2008.
"Esto no ha finalizado, nos quedan 90 minutos para vivir o morir, vamos de visita, sabemos que tenemos un gran rival al frente, pero la mentalidad de equipo es la misma, queremos ir al Mundial de Clubes y viajamos para cumplir nuestras metas”, señaló Jeaustin Campos al término del partido celebrado la noche del miércoles en Costa Rica.
El encuentro se jugó en el medio campo la mayoría del tiempo, Saprissa, tenía que arriesgar para obtener el triunfo por lo que Pachuca esperaba, buscaba el error y aprovechar algún contra golpe que se pudiera ocasionar daño, pero el cuadro morado se mantuvo bien armado, tanto en defensa como en centro de campo, al punto que durante los primeros 45 minutos, los tuzos solo tuvieron una oportunidad clara de gol.
El encuentro se complicó al minuto 47 del segundo tiempo, cuando Luis Gabriel Rey aprovechó para colocar el 0-1 a favor y poner la situación del Monstruo cuesta arriba, pero esto nunca desanimó a los morados quienes con garra, carácter y mucho orgullo, levantaron la cabeza y se fueron con todo al ataque, pues era vivir o morir durante lo que restaba del encuentro, por empatar y luego buscar la victoria.
Con el corazón, con mucho orgullo, con la sangre de campeones que caracteriza a los jugadores del Saprissa, el empate se podía sentir, la afición los apoyaba, los gritos de aliento eran constantes, 22 mil almas moradas daban empuje a un equipo que nunca bajó la cabeza ante la adversidad y que cuando faltaba poco para terminar el juego, apareció el gran capitán, Victor Cordero, quien dejó su zona defensiva para buscar el gol del empate, su misión fue cumplida en el minuto 80 luego de una serie de rebotes en el área por lo que el marcador estaba igualado a un gol.
A partir del gol del Saprissa, los minutos restantes, fueron una pesadilla para el Pachuca, no habían tenido muchas oportunidades a lo largo del juego y ahora tenías a todo el equipo saprissista encima de ellos, la presión era muy grande, la Cueva vibraba porque el Monstruo estaba vivo, respiraba con fuerza y acorraló a los Tuzos en su propia área.
Pero el árbitro central Carlos Batres levantó su mano, sonó su silbato y dio por concluido el primer encuentro de la Final de CONCACAF con el marcador igualado a un gol, pero el corazón morado quedó latiendo muy fuerte y ahora habrá que viajar a Hidalgo, hogar del Pachuca y donde la moneda sigue en el aire.