Glendale, Arizona.- La Familia Verduzco ha viajado desde Tucson, Arizona para estar de cerca con el Rebaño Sagrado. Desde que se enteraron que las Chivas visitarían las cercanías de su ciudad de residencia para disputar un cotejo amistoso, los oriundos de Los Mochis, Sinaloa no lo pensaron dos veces y decidieron seguir al Guadalajara de cerca.
Importando poco pagar las no tan accesibles tarifas del lujoso hotel de la zona de Biltmore donde Chivas hizo sede de concentración, la familia Verduzco ha hecho hasta lo imposible para que el pequeño David, su hijo, pueda adquirir las rúbricas anheladas y las fotografías con las que siempre soñó con sus ídolos del Guadalajara.
Y fue hasta este miércoles, cuando luego de interceptar a los elementos del chiverío en el ascensor del hotel, la familia de raíces mexicanas pudo conseguir su objetivo y regresar a casa luego del partido ante los Red Bulls con la satisfacción de ver entusiasmado al pequeño David, quien apenas y sobrepasa el metro de estatura, pero que reconoció de memoria a cada uno de los elementos de Chivas presentes en esta gira.
Y al igual que la familia Verduzco, aunque no con la misma suerte de estar tan de cerca con las Chivas, existieron este miércoles en Phoenix un sin fin de historias de afición hacia el Rebaño que, cada una con su respectivo valor y significado, hicieron que por instantes Guadalajara se sintiera como en casa.
Pero para mala fortuna de quienes tuvieron que trasladarse desde sus lugares de origen para saborear una victoria de Chivas, incluso hasta cinco horas de camino desde Los Ángeles como Carlos y su vástago del mismo nombre, , el triunfo en Phoenix quedó para mejor ocasión.
Pues aunque Guadalajara mostró un mejor desempeño en varios lapsos del partido, la desatención sufrida a los 22 minutos de juego en una salida por izquierda, bien aprovechada por el delantero Oscar Echeverry quien fue el autor del tanto de la diferencia, New York Red Bulls marginó a los casi diez mil asistentes al partido de regresar a sus hogares con la satisfacción de una noche redonda.
Por eso cuando algunos elementos del Guadalajara demoraron su ingreso al vestidor para atender a los cientos de voces que les llamaban en las tribunas, clamando por una fotografía o una firma, el trago amargo de verse adversos en el marcador se hizo más llevadero.
Y aunque no es común que Chivas frecuente esta ciudad de la parte oeste de los Estados Unidos, la emoción por tenerlos de cerca y de poder disfrutar de un partido de Chivas en vivo, fue para algunos motivo suficiente para darse por servidos al menos por esta ocasión, pues retornaron a casa con el recuerdo vigente de ver al equipo más popular de México.
