Houston, Texas.- En su mirar hay un cúmulo de alegría que desborda y que aunque sus palabras no lo mencionen literalmente, sí dejan entrever en cada una de las palabras que menciona que la felicidad y la emoción de regresar a la cancha le invaden por doquier.
El camino no ha sido fácil, mucho menos sencillo, pero con el comienzo del año 2009 atrás han quedado casi cinco meses de ausencia futbolística oficial desde aquel día en San José California, en el último duelo de la Superliga 2008 donde un choque accidental con Gabriel Pereyra del Atlante le generó una fractura de cúbito y radio de su brazo izquierdo, alejándolo de las canchas.
Por ahora, a poco más de 150 días de aquel incidente en la Unión Americana, el destino ha puesto a Luis Michel de nueva cuenta en territorio de las barras y las estrellas para retomar ese paso exitoso y constante que acumulaba hasta aquel duelo de tierras californianas.
Pues aunque desde el pasado 20 de diciembre regresó a la actividad de la portería en el primer encuentro amistoso de pretemporada, no será hasta la noche de este sábado en Houston Texas cuando de forma oficial Luis Michel regrese a las canchas con el Rebaño en un duelo oficial.
Pero además de retornar a los primeros planos con la casaca rojiblanca, Luis Michel lo hará en un partido especial, que aún y cuando es en un torneo fuera de México, no pierde la esencia y la trascendencia que por años ha generado un Clásico Nacional entre Chivas y América.
Pero ante ello, Luis Michel muestra solvencia y tranquilidad, sabe del compromiso que le representa regresar a su puesto para emprender de nueva cuenta junto a Chivas el camino hacia un nuevo título para la institución rojiblanca y además, se da tiempo para reflexionar lo sucedido en este tiempo fuera de las canchas.
En julio pasado, en la Superliga 2008 sucedió tu lesión, ¿te representa algo el que sea en un torneo en Estados Unidos, donde regreses a la portería de Chivas en un partido oficial?
"No. Estoy contento por regresar a la cancha, a los partidos, a entrenar, a estar con el equipo, con el grupo, el poder ayudar el meterte a la cancha a disfrutar, el patear un balón, hacer bromas; te das cuenta de que en cualquier momento se te puede acabar la carrera".
En todo este tiempo que estuviste al margen de la cancha, ¿qué fue lo que más extrañaste?
"Todo. Tengo la mayor parte de mi vida haciendo esto, me costó mucho trabajo llegar a donde estoy y te cuesta que en una jugada saber que vas a estar fuera. Gracias a Dios fue un hueso y como tal se rehabilita, sana, entonces yo sabía que iba a sanar, desde que el doctor me dijo como sería me hice a la idea de que iba a sanar".
¿Cómo fue este tiempo?
"Pues sí estuvo pesado, no puedo decir que todo fue felicidad, pero sí esto te da una fuerza mental para salir adelante y al regresar llegas con más ganas para aprovechar cada oportunidad que te den".
¿Llegó la desesperación en este tiempo fuera de las canchas?
"Todos los días. Ves al equipo entrenar, lo ves en los partidos y quieres estar ahí, pero hay tiempos que cumplir, que no están en tus manos, entonces las etapas que pasé después de la operación, cuando me quitaron las puntadas, cuando comencé a correr, cuando pude hacer elíptica, cuando comencé a agarrar balón y con cada etapa que pasé, a nadie le gusta estar ahí pero son cosas que no controlas, por lo que yo me enfoqué más a lo que estaba en mis manos".
Mencionas que en cualquier momento se puede acabar la carrera, ¿es quizá lo que más aprendiste en este tiempo?
"No, eso ya lo sabía, lo vives. Lo que si puedo decir, más que aprender, fue que cuando a mi me tocaba ver a alguien lesionado lo veías y preguntabas "¿cómo estas?", a la siguiente semana lo volvías a ver y de nuevo a preguntar "¿qué onda cómo vas?", pero no te das cuenta lo que está viviendo esa persona, porque ya cuando te toca el día a día, el que sea a ti el que te pregunten ahora y más cuando sabes que no es un tiempo corto el que te espera".
Y al regresar a la cancha y saber que por cosas del destino estás nuevamente expuesto a algo similar, ¿te genera...
"No (interrumpe). Tu tratas de hacer en entrenamientos jugadas parecidas al partido, y ya está; hay miles de jugadas como la que a mi me sucedió y no pasa nada, digo si estás expuesto, a lo mejor no en una jugada de esas, sino en otra".
¿Le perdiste el miedo entonces?
"Mientras no me duela no tengo problema, en serio, digo es aprovechar, es disfrutar porque si estás pensando en el miedo pues ¿qué estás haciendo aquí?, realmente por eso trabajo jugadas parecidas a los partidos para que ya a la hora salgas con la misma confianza".
¿Qué te significa que el regreso en un partido oficial sea ante un equipo como América?
"Para mi cada partido es una oportunidad, sea América o sea el que sea. Siempre con América es más lo externo, pero eso no lo manejé yo, simplemente sucedió que sería este partido el que me toque a mi y ahora a jugarlo y a ganarlo".