En plena cuesta de enero, la economía familiar mexicana siempre tiene recursos disponibles para cubrir los imprevistos que suelen presentarse al inicio del año, y para la afición rojiblanca, uno de esos tópicos imprescindibles es un duelo de las Chivas en el Estadio Jalisco.
Más aún si se trata del inicio de una nueva temporada y todavía más especial si el primer enfrentamiento oficial del Rebaño en el Clausura 2009 es un duelo ante uno de los grandes del balompié nacional como La Máquina de la Cruz Azul, pues con el título del Interliga aún en la mente, la presencia junto a las Chivas fue de suma importancia.
Por ello desde temprano, la afición rojiblanca copó los alrededores del Inmueble de la Calzada Independencia para pintarlo de rojo y blanco, generar ríos humanos interminables en los accesos principales al graderío y una vez llegada la hora de arrancar con el encuentro, corear al unísono el "Chivas... Chivas" como bienvenida al mejor equipo de México.
Sin un sólo lugar disponible en la tribuna, lo cual se tradujo en el primer gran lleno de la temporada, y con apenas unos perceptibles puntos azules en las tribunas que evidenciaban la presencia de los aficionados rivales, la fiesta del inicio del campeonato fue prácticamente de Chivas.
Porque no importó sacrificar unas cuantas monedas para ser testigo presencial de los primeros dos goles de Carlos Ochoa con la playera del Rebaño en el campeonato mexicano, pues la clase que el delantero imprimó en ambas anotaciones desquitó peso por peso la entrada.
Porque aún y con el marcador a favor, Chivas se vio alcanzado e incluso superado, pero las ansias de trascendencia que el Rebaño tiene para el presente campeonato salieron a relucir y de inmediato igualaron las acciones con otra gran anotación de Sergio Amaury Ponce apenas iniciado el complemento.
Por eso, cuando la hora de hacer la ola en la tribuna llegó, nadie se quedó sentado y de inmediato se adentraron en el ambiente que un estadio hasta el tope suele protagonizar, con gritos de apoyo, lamentos ante las fallas en la portería y sobre todo, pasión y fe en un equipo que augura éxitos en los próximos partidos.
Tan adentrada estuvo la afición durante el partido, que además de alentar de manera destacable cada uno de los cambios que Chivas generó en el encuentro, se dio tiempo para recriminar la dura entrada que Carlos Bonet hizo sobre "Panchito" Mendoza, que generó la expulsión del jugador celeste y el abucheo generalizado al momento de abandonar la cancha.
Y gracias a la entrega que ambos equipos imprimieron en el terreno de juego, la afición salió convencida del partido presenciado, en el que además de ser partícipe del arranque del campeonato de Clausura 2009, dejó de manifiesto que durante los próximos encuentros, sea en el torneo mexicano o en la Copa Libertadores, la afición rojiblanca será una constante en la cancha del Jalisco para hacer más y más fuerte al Rebaño Sagrado.
