¿Y cómo va?… Miguel Jiménez.

Han transcurrido ocho semanas desde que el portero Miguel Jiménez inició su proceso de rehabilitación por una fractura del cúbito del brazo izquierdo y la favorable respuesta que ha tenido a dicho proceso le ha permitido realizar tareas más dinámicas y poco a poco entrar en contacto con la pelota, hecho que por supuesto le genera una motivación para continuar dedicado a volver al terreno de juego lo antes posible.

"Ya he podido empezar a hacer más ejercicios y claro que eso te motiva para seguir adelante, para estar a punto y cuando se de el regreso no partir de cero, estar muy cerca del resto del equipo en cuanto a lo físico, para recobrar la masa muscular que se pudo perder en este tiempo de la rehabilitación.

"El viernes pasado me tomaron una radiografía y por fortuna el callo va creciendo, si bien no ha cicatrizado completamente, me he sentido muy bien, por lo que estamos trabajando, fortaleciendo, para estar listos una vez que iniciemos de nuevo con las labores específicas de portero", manifestó al terminar su sesión de este martes en las instalaciones de Verde Valle.

Sobre las modificaciones que su programa de actividad ha tenido en los últimos días debido al avance que ha presentado, Jiménez Ponce explicó que ha intensificado algunas cuestiones que ha realizado desde hace un par de semanas, pero la novedad radica en utilizar el balón en ciertas encomiendas, hecho que le ha brindado un respaldo anímico importante por sentirse cada vez más cerca del final de este periodo fuera de circulación.

"Lo primero es recibir terapia de rehabilitación, con electrodos y masaje, después hago una rutina con ligas, al terminar paso al gimnasio a hacer tareas de movimiento con peso, trabajo aeróbico, fuerza en el tren inferior, ejercicios con la pelota grande y con el balón normal de juego para ir teniendo ese tacto y acostumbrar a la mano el brazo al contacto con el esférico", indicó.

Por otro lado, el joven cancerbero rojiblanco expuso que el estar tanto tiempo sin actividad competitiva representa un gran reto mental, pues mencionó que se debe de tener mucho aplomo para no desesperarse y entender que este tipo de imponderables son parte de la profesión, por lo cual reiteró su satisfacción por sentirse en plena mejoría rumbo al alta médica.

"Por momentos es difícil mantener la paciencia, porque las primeras semanas no se nota mucho la evolución, pero te das cuenta que al ser una fractura es cuestión de que pase el tiempo para que el hueso fije y puedas hacer todos los trabajos que se deban, perdí un poco de movimiento en la muñeca por estar seis semanas sin poder moverla, pero ya hemos recuperado la movilidad, el dolor ha disminuido bastante y estoy muy contento por eso", finalizó Miguel Jiménez.